INAI, el primer eslabón en contra de la corrupción

En un país democrático funcionan los organismos autónomos, como el INAI, los cuales generan pesos y contrapesos al Poder, de esta manera las autoridades funcionan mejor y se evitan mecanismos de corrupción.


Opacidad y corrupción


La transparencia y el acceso de la ciudadanía a la información gubernamental es una condición inherente a la democracia toda vez que aporta mayor legitimidad a los gobiernos, incrementa la eficiencia de sus tareas y elimina la burocracia, de ahí la importancia de que las autoridades, comenzando por el presidente de la República, se desenvuelvan en una “vitrina de cristal”.

Al mismo tiempo, todos los mexicanos tenemos el derecho a que la información personal susceptible de identificar a cada uno, sea debidamente utilizada por terceros a fin de resguardar la seguridad e intimidad de la población.

Una condición para hacer efectiva la democracia en un país es la existencia de organismos autónomos encargados de generar pesos y contrapesos al Poder Ejecutivo, con lo que evitan una hegemonía del presidente en turno al tiempo de servir como termómetros de lo que sucede en los ámbitos político, económico y social lo cual sirve para la toma de decisiones y la creación de políticas públicas en beneficio de la población.

Bajo esta concepción y en la evolución de la administración pública en México, surgió en 2002 la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental que dio origen al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), hoy Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), organismo constitucional autónomo garante del cumplimiento de dos derechos fundamentales: el de acceso a la información pública y el de protección de datos personales.

El INAI durante 16 años ha servido como herramienta de los ciudadanos para llevar el pulso de distintas actividades de instituciones y funcionarios públicos aportando a su mejor funcionamiento y desarrollo profesional, sin embargo hoy existe el riesgo que se pare en seco todo el esfuerzo y avances que en materia de transparencia había tenido en el país ya que no es bien visto por el presidente Andrés Manuel López Obrador quien ha cuestionado su eficacia y por lo tanto su existencia.

Casi al iniciar su gobierno, el 7 de diciembre del año pasado, el Jefe del Ejecutivo aseguró que el INAI cuesta mantenerlo al año mil millones de pesos. “Se creó y en qué ha contribuido para reducir la corrupción. Al contrario, la corrupción creció como nunca, a la par que se creó este organismo”, consignó.

Este año el INAI sufrió un recorte de 161.3 millones de pesos respecto al presupuesto de 2018 (un 14.6 por ciento menos) lo que impactará en su operación.

Por otra parte, la descalificación del mandatario al señalar que a pesar de la existencia de este organismo aumentó la corrupción, hay que clarificar que una cosa es transparentar la información gubernamental y otra muy distinta y que pertenece a otra esfera institucional, es la de combatir los hechos delictivos.

De acuerdo con Jacqueline Peschard excomisionada presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública de 2009 a 2013 “la mayor conciencia que hoy tenemos los mexicanos sobre los efectos corrosivos de la corrupción se explica porque el acceso a la información ha elevado los estándares públicos, y porque hay más grupos sociales interesados en comprender el tema y en aumentar la demanda de control sobre la corrupción”.

Gracias a que ciudadanos, investigadores y periodistas han realizado solicitudes de información ha sido posible conocer públicamente casos de corrupción que han sangrado a la sociedad como la llamada “casa blanca” cuyo costo fue sumamente elevado y que el expresidente Enrique Peña Nieto no pudo acreditar el pago de la misma, o bien el caso de la “estafa maestra” que consistió en que consistió en desvíos millonarios del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, de diversas dependencias públicas a empresas que no les correspondía jurídicamente y otras tantas fantasmas.

Protección de datos

Si bien es cierto que uno de los objetivos del INAI es proporcionar información de la administración y funcionarios públicos, también se encarga de proteger cualquier dato personal que es información relacionada con una persona como su nombre, teléfono, domicilio, fotografía o huellas dactilares, así como cualquier otro dato que pueda identificarla.

Además de ser un derecho resguardar estos datos, es importante protegerlos contra el mal uso como robo de identidad, transmisiones indebidas o accesos no autorizados.

Reducir el presupuesto al INAI pone en riesgo su funcionamiento, con lo cual una de las mayores demandas de la sociedad que es la seguridad que en muchas ocasiones depende de la adecuada utilización y resguardo de los datos personales, quedaría en riesgo.

De acuerdo al INAI existen dos categorías datos personales que son los sensibles, aquellos que “informan sobre los aspectos más íntimos y cuyo mal uso pueden provocar discriminaciones o ponerles en grave riesgo, como por ejemplo, el origen racial o étnico; estado de salud (pasado, presente y futuro); información genética; creencias religiosas, filosóficas y morales; afiliación sindical; opiniones políticas y preferencia sexual”.

Asimismo, los datos patrimoniales o financieros requieren de especial protección ya que hacen referencia a la posesión de sus recursos materiales y patrimoniales.

Afortunadamente existen varias leyes que protegen a los ciudadanos que ven vulnerada su información por alguna dependencia pública o privada que lleguen a incumplir las leyes y hacen uso inadecuado de datos personales, en este sentido el INAI es un organismo que salvaguarda esta información y ayuda a quien lo solicita a corregir esta situación a través de diversos procedimientos que son: el de protección de derechos; recurso de revisión; recurso de inconformidad; investigación y verificación del sector privado; verificación del sector público e imposición de sanciones.

Opacidad igual a ceguera

Las instituciones, funcionarios y recursos públicos deben cumplir con la transparencia, como si estuvieran en una vitrina de cristal, a fin de que la ciudadanía conozca, exija y coadyuve con las autoridades a realizar mejoras en obras y servicios para la población, así como para abonar al sistema de justicia a fin de que puedan continuar en la cadena para evitar y combatir la corrupción.

Reducir el presupuesto al INAI impactará negativamente en la labor de este organismo, lo que generará opacidad sobre lo que sucede en la administración pública federal y con ello se abrirán rendijas o puertas a la corrupción, toda vez que lo que se desconoce no puede combatirse.

La transparencia del manejo de recursos gubernamentales es un derecho de la ciudadanía quien a final de cuentas es quien con sus impuestos paga por los bienes y servicios públicos. La visión de quienes no pertenecen a la administración pública es fundamental para lograr equilibrios y evitar tentaciones a los funcionarios para que aprovechando su actual posición actúen discrecionalmente y abonen a actos de corrupción.

Debilitar al INAI es retroceder en la defensa del buen uso de los recursos públicos, así como poner en riesgo la seguridad de la ciudadanía al dejar al garete sus datos personales que pueden ser mal utilizados por la delincuencia.

Para conocer más sobre lo que realiza el INAI, solicitar información y contactarse con el INAI se puede acceder a su página a través de la siguiente dirección electrónica:
www.inai.org.mx/

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