Pablo, el caminante eterno. Capítulo VIII. La conmoción
Llegó el día en que reaparecería en Damasco, el ya no era el mismo ni la ciudad tampoco, había pasado ya el imperio de Tiberio, ahora gobernaba Calígula.
Llegó el día en que reaparecería en Damasco, el ya no era el mismo ni la ciudad tampoco, había pasado ya el imperio de Tiberio, ahora gobernaba Calígula.