Nuestro nombre en sus manos
Dios lleva nuestro nombre no escrito, sino tatuado, en la palma de su mano, según asegura el profeta. ¿Y no es esto maravilloso?
Dios lleva nuestro nombre no escrito, sino tatuado, en la palma de su mano, según asegura el profeta. ¿Y no es esto maravilloso?