Ayudar a Cuba, ignorar la salud de los mexicanos

Cada uno de los médicos cubanos nos salió en unos 146 mil pesos mensuales, mientras que los médicos mexicanos en el IMSS ganan entre 17 y 20 mil pesos.



Desde la semana pasada, el anuncio por parte del titular del Ejecutivo, de la firma de un convenio para que 500 médicos cubanos vengan a trabajar al país ha levantado ámpula en muchos sectores. La medida está lejos de ser una solución al problema que supuestamente motiva esa decisión que es la falta de médicos, y se encamina más bien a responder a la necesidad de apoyar a un régimen dictatorial.

Como muchas cosas en este sexenio, el establecer el número real de déficit de médicos en el país resulta difícil. En declaraciones de 2019, el titular del Ejecutivo llegó a hablar de 200 mil investigaciones del Insabi que apuntaban a 103 mil faltantes; pero el lunes 16 de mayo al volver a justificar la venida de los cubanos, habló de 50 mil. Sorprendentemente, dado su amor por tener “otros datos” esa última cifra parece ser la más cercana a lo que en realidad se necesita, según los datos del Inegi. Tomando esa cifra como base y asumiendo que ahora sí traen médicos cubanos capacitados, el traer a 500 cubanos representaría el 1% de lo que se requiere, lo que apunta a que esto es un gesto a lo más simbólico; pero no efectivo para México. Y si la cifra fuera mayor, menor sería el impacto real en la salud de los mexicanos.

También hay que destacar que no ha quedado muy claro si esos 500 son médicos generales o especialistas (ni tampoco si presentarán los exámenes a los que se someten los mexicanos para ejercer aquí). Porque en gran medida, la culpa del déficit la genera un desequilibrio en el sistema de salud mexicano que ha relegado al médico general de manera sistemática por décadas. El sector salud no emplea a médicos generales, a lo más lo hace bajo la figura del servicio social que cualquier estudiante de medicina debe realizar por año si quiere recibir el título de médicos generales. Pero para tener una plaza en el sistema de salud público deben contar con una especialidad.

Por eso, en una entrevista muy difundida de Joaquín López-Dóriga con el doctor Fernando Gabilondo Navarro, este último señaló que en México hay 52 mil médicos generales desempleados, así que si el gobierno abriera mañana puestos para médicos generales el problema del déficit de médicos generales quedaría resuelto y hasta sobrarían médicos.

Sin embargo, en lugar de reorganizar el sistema de salud a partir de un esquema que favorezca primero la absorción de los médicos generales que pueden atender la mayoría de las dolencias diarias de la población y sólo canalizar a las diversas especializades a quienes lo necesiten, se está aumentando de manera desordenada el número de médicos especialistas.

Para formarse como especialistas (llamados residentes durante su formación), los médicos generales egresados de la multitud de escuelas privadas y públicas se presentan hasta en tres ocasiones al Examen Nacional para Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) para concursar por una de las plazas donde pasarán los siguientes cuatro años en una formación más práctica que teórica para luego salir como pediatras, obstetras, oftalmólogos, etc. En esos años, ellos atienden casi todo el volumen de trabajo, se espera que ganen experiencia atendiendo directamente los casos guiados por sus superiores. Las plazas disponibles siempre han sido muy pocas porque la infraestructura educativa gubernamental es limitada y las escuelas privadas no ofrecen formación en ese nivel, sólo en médicos generales.

De 2019 a 2020, se aumentó súbitamente la aceptación de médicos de 26.5% a 42.2% del total de los que presentaron el examen. Ese aumento resulta problemático, pues llegaron a sedes donde se triplicó o cuadruplicó el número de residentes; pero no se aumentaron los profesores ni otros recursos; incluso se les asignó a sedes donde no cuentan con la guía de ningún profesional o los recursos para aprender. Hay casos de residentes de Imagenología (los especialistas en Rayos X, tomografía, etc.) que están “estudiando” en hospitales pequeños sin aparatos de Rayos X. Más allá de cómo resulten formados estos nuevos especialistas, tampoco se está hablando de abrir plazas suficientes en dos o tres años para que todos ellos sí puedan atender a los enfermos que lo requieran.

Para 2021, se anunció que habría 30 mil plazas de formación en 27 especialidades. Sin embargo, fue sólo propaganda porque la aceptación real fue menor a los a 18 mil 173 de 2020, pues sólo se ofrecieron 17 mil 520 plazas para mexicanos y luego se sumaron 465 en noviembre.

Cabe aclarar que las cifras de plazas de 2020 y de 2021 incluyen en cada caso las mil becas Conacyt al extranjero; aunque claro el único destino de esas becas es Cuba. Así, de nueva cuenta el sector salud se topa con Cuba parece que se le usa para ocultar la verdadera intención: financiar al régimen comunista de la isla.

Es posible que como no se ocuparon las plazas que México pagaría en Cuba para la formación de especialistas, se recurra nuevamente al esquema de traer acá a los cubanos para justificar las millonarias transferencias que por ese “servicio” se pagó en 2020. Como ya se ha difundido, cada uno de los médicos cubanos nos salió en unos 146 mil pesos mensuales, según los datos obtenidos por el senador Julen Rementeria, mientras que los médicos mexicanos en el IMSS ganan entre 17 y 20 mil pesos.

Resolver el problema de la salud en México está lejos de ser la motivación para traer a los médicos cubanos. De hecho, desviar tantos millones para pagarles resulta hasta criminal cuando el sector tiene tantas carencias en recursos, medicinas y, sobre todo, cuando el error originario está en la perpetuación de la estructura heredada sin buscar opciones que incluirían a los miles de médicos generales que desde ya podrían atender a la población en plazas de gobierno si se les da seguridad laboral y personal. Hacer eso, paradójicamente sí nos acercaría a Dinamarca y otros países de primer mundo. Reestructura el sector salud es otra de las tareas que al terminar el sexenio se deberá atender con celeridad.

 

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