La huella del Papa en el mundo a través de Medellín

En todas las ciudades de Colombia que visitó Su Santidad el punto de partida fue siempre la familia, como una muestra de su importancia y trascendencia. En Medellín el lema era “la familia, semillero de vocaciones”. 


Papa en medellin


Asistieron alrededor de 1.300.000 personas a la celebración de la Santa Misa, en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera, en Medellín. El gobernador de Antioquia, Luis Pérez, pide al Santo Padre: “Salvemos al campesino, el ser humano más vulnerable de Colombia”.

Ese día dedicado a las vocaciones, antes de la Misa, el Papa saludó a seminaristas y diáconos. Concelebra con 150 sacerdotes de Medellín y obispos colombianos. También asistió el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Francisco llevó el báculo “de los cafeteros”, hecho de madera, típico de la zona de Antioquia.

Luego, en el Centro La Macarena de Medellín se encontró con doce mil personas: sacerdotes, consagrados, seminaristas y sus familias. Había reliquias de la Madre Laura, primera santa colombiana, canonizada el 12 mayo de 2013 por el papa Francisco. Este era el evento del día, a partir del cual se espera una nueva primavera vocacional, el redescubrimiento de la identidad y del papel de la familia, y su misión como “hogar donde se cultiva la vocación cristiana”, para que muchos jóvenes se decidan a escuchar y a aceptar el “sígueme” de Jesús.

Aquí también hubo testimonios. Un sacerdote joven, Juan Felipe Escobar, proveniente de familia humilde que pensaba ser médico para aliviar el dolor humano. “En mi entorno de infancia había bombas, balas, crímenes, madres llorando por sus hijos, gentes desplazadas, jóvenes en las drogas, noticias sobre corrupción e injusticias. Este ambiente me marcó profundamente y me llevó a interrogarme: ¿Qué puedo hacer por mi pueblo? Así nació mi vocación: Dios me llamó a ser “cura de almas”. Y aseguró: “En estos casi 12 años de ministerio sacerdotal, me he sentido muy feliz, por ser un instrumento de la gracia salvífica de Dios”.

La hermana Leidy de San José, Carmelita Contemplativa habló de su experiencia y el camino recorrido a lo largo de catorce años de seguimiento al Señor en la vida consagrada. Exhortó a los jóvenes que le escuchaban y sentían en lo profundo de su corazón que Dios los llamaba a no tener miedo de entregar su vida a la causa del Evangelio.

La señora María Isabel Arboleda Pérez en representación de la Asociación de Madres de Sacerdotes y Seminaristas, tiene tres hijos y uno de ellos es sacerdote: “Es verdad, tener un hijo sacerdote, es toda una bendición de Dios”.

 El Santo Padre dio un discurso sobre la vocación, con muchas aclaraciones y alusiones a quienes ofrecieron sus testimonios. Enfatizó el dolor de quienes son víctimas de la droga, y pidió por la conversión de los narcotraficantes.

El Papa aconseja “tocar la humanidad de Cristo”: su  mirada, sus sentimientos, sus gestos de buen samaritano. También recomienda “contemplar su divinidad” y hacer  oración de adoración.

Invita a estudiar la Sagrada Escritura. San Agustín afirma: no se puede amar a quien no se conoce. Hacer  oración, es fundamento de la vida cristiana.

El Papa insiste en la reconciliación y en la misericordia, uno de los grandes temas de su viaje apostólico a Colombia. Ser hombres y mujeres reconciliados para reconciliar. Si permanecemos en Jesús, su alegría estará en nosotros. No seremos discípulos tristes ni apóstoles amargados.

¿Cómo es la tierra, el sustento, el soporte donde crece esa vid –que es el mismo Jesús- en Colombia? ¿En qué contextos se generan los frutos de las vocaciones de especial consagración? “Aún en medio de esta crisis Dios sigue llamando. Y desde el comienzo ha sido así, no piensen en la situación ideal, ésta es la situación real. Dios manifiesta su cercanía y su elección donde quiere, en la tierra que quiere, y como esté en ese momento, con las contradicciones concretas, como Él quiere. Él cambia el curso de los acontecimientos al llamar a hombres y mujeres en la fragilidad de la propia historia personal y comunitaria. No le tengamos miedo a esta tierra compleja”. 

«No se puede servir a Dios y al dinero» (Mt 6,21.24) (Aplausos). Jesús dice: “No se puede servir a dos señores”.  O sea, a dos Señores,  como si hubiera sólo dos señores en el mundo: no se puede servir a Dios y al dinero. Jesús le da categoría de señor al dinero, ¿qué quiere decir?: Que si te agarra no te suelta, será tu señor desde tu corazón, cuidado. No podemos aprovecharnos de nuestra condición religiosa y de la bondad de nuestro pueblo para ser servidos y obtener beneficios materiales.

A Su Santidad le agrada mostrar ejemplos de personas que sortean dificultades, que no son historias novedosas para los medios de comunicación pero que por su semejanza con nosotros sugieren modos de afrontar los problemas y salir adelante. Son testimonios que unen la tierra con el cielo. Y el Papa les ha dado voz para el mundo.

Esa noche es la última que pasa en la Nunciatura, porque al día siguiente va a Cartagena de Indias y de allí vuela a Roma. Por eso, las últimas palabras allí tienen un carácter de último consejo. Invitó a ser fiel a la propia vocación, matrimonial, sacerdotal, religiosa o la que Jesús haya dado. Sin olvidar que como a Pedro a nosotros nos ha dado un nombre. Para ello, aseguró, es necesario ‘mendigar’ la gracia de la perseverancia, “que Jesús nos da porque nos quiere mucho”.

Desde Colombia el Papa Francisco nos habla a cada uno estemos donde estemos.

 

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