Presupuestar con otros datos

El Presupuesto de Egresos sigue favoreciendo a los elefantes blancos, incluso a los dos ya “inaugurados” (AIFA y Dos Bocas) que en lugar de ya empezar a contribuir a la “transformación” del país siguen demandando recursos públicos.



El día 8 de septiembre de 2022 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público entregó, como marca la ley, lo que se conoce como el Paquete Económico (PE) del año 2023; éste se compone de los Criterios Generales de Política Económica, la iniciativa de Ley de Ingresos; el Proyecto de Presupuesto de Egresos y la Miscelánea Fiscal.

Los primeros análisis tanto de especialistas como de ciudadanos comprometidos apuntan a que se trata de un PE muy fiel al “estilo personal de gobernar” de quien ocupa Palacio Nacional, sobre todo, en el primer componente: Criterios Generales de Política Económica; documento base de lo demás. Las variables macroeconómicas que se plantean son, en opinión de los expertos, más cercanas a los “otros datos” que al titular del Ejecutivo le encantan; aunque en su entrega, el secretario de Hacienda, lo describió como un presupuesto responsable, equilibrado y realista.

Entre las cifras de las variables macroeconómicas más criticadas por los especialistas están el proyectar 3% de crecimiento en el PIB, el precio del barril de petróleo (68.7 dólares) y, sobre todo, la inflación en 3.2%.

Dado que el gobierno actual es adicto a creer que “su palabra es la ley” o que tiene un poder transformador es posible que crea que apostando a cifras alegres (a sus propios datos) logre “desactivar” el temor de la profecía autocumplida, es decir, que si difunden cifras reales asustará a inversionistas y el escenario será peor. Si ésta fuera la motivación sería de una ingenuidad indefendible, sobre todo, porque estamos en el cuarto año de gobierno; y si se trata de manejar cifras engañosas con pleno conocimiento de causa se trata de una irresponsabilidad imperdonable.

El uso de variables macroeconómicas incorrectas lleva a una proyección de ingresos inalcanzable porque al no darse el crecimiento económico proyectado no aumentarán los ingresos fiscales por las ganancias de las empresas y no crecería el empleo formal (que es el que paga impuestos), en cambio, la economía informal crecería pues en un ambiente de contracción económica, las opciones en ésta son las que crecen, facilitando un círculo vicioso que ya hemos vivido.

Además, la proyección de ingresos directos que el gobierno pueda o no tener en rubros como el precio del petróleo si se calcula sobre una falacia resultarán insuficientes. Y más, porque el gobierno actual ha decidido que hará lo que sea para evitar que el precio de la gasolina refleje el precio real. Así fue este año en que le apostó a subsidiar fuertemente por semanas el precio final con lo que no sólo perdió los ingresos por impuestos de cada litro vendido; sino que se quemó los ingresos excedentes por la subida del precio pagando los subsidios.

En ese mismo renglón se ubica que la ley de ingresos y la miscelánea fiscal vienen a ser una copia casi calca de lo presentado en años pasados y se hará hasta lo imposible por evitar cualquier movimiento que parezca un aumento de impuestos que llegara afectar al ciudadano de a pie, pues si en algo se pierde capital político es justamente ese tipo de ajustes.

Además, la politización a desde hace décadas del IVA generalizado lo ha vuelto un tema tabú; aunque todos los análisis serios sobre este visible impuesto indican que la extensión a alimentos y medicamentos, como el subsidio a gasolinas acaban beneficiando a los sectores de ingresos más altos. Es decir, no se apuesta los ingresos reales vía aumento de impuesto, lo cual para algunos será visto como un alivio; pero que en el panorama general, con un contexto internacional volátil, es como un aspirina que quita el dolor de cabeza; posponiendo el enfrentar una enfermedad grave pues el déficit que se proyecta es de 1.2 billones de pesos, que en algún momento derivarán el recortes o en endeudamiento, lo que sea más fácil de ocultar al público.

Por su parte, el Proyecto de Presupuesto de Egresos también está en concordancia con el estilo personal de gobernar ya que de partir de una cantidad deficitaria de ingresos (trae un aumento de más del 11% real respecto de lo presupuestado en 22), no está enfocado en los sectores prioritarios, sino todo lo contrario, pues el gasto en salud apenas muestra un ligero incremento.

Como se puede adivinar el Presupuesto de Egresos sigue favoreciendo a los elefantes blancos, incluso a los dos ya “inaugurados” (AIFA y Dos Bocas) que en lugar de ya empezar a contribuir a la “transformación” del país siguen demandando recursos públicos. En el caso del AIFA, requerirá para su (fantasmal) operación el doble del subsidio que se le dio en 2022. Dinero, además, que dará a las Fuerzas Armadas que será la entidad con mayor incremento en el dinero que manejará el año próximo porque además absorberá, como ya se sabe, cada vez más tareas.

Como si no fuera suficiente, se debe recordar que la aprobación del Poder Legislativo de este PE adquiere el carácter de ley, y otra de las notas distintivas de este gobierno ha sido el no acatar la ley, el “no me vengan que la ley es la ley” ha dominado también el uso discrecional de recursos y ha definido un reiterado uso del subejercicio, pues una de las modificaciones obtenidas por Morena para el titular del Ejecutivo es que todos los montos que no se usan pasan a una cuenta donde el Ejecutivo puede decidir sin mayor trámite a dónde se destinan, lo cual abona a un desorden de las finanzas públicas y muy posiblemente haya desvíos de recursos. Las partidas secretas del pasado son un juego de niños.

El panorama incierto se vuelve más inestable por las constantes amenazas a la inversión privada nacional y extranjera que no han parado. Pero el gobierno actual subsiste convencido de que sus “otros datos” tienen la mágica capacidad sino de cambiar la realidad, sí de extender la ceguera a todos los que están a su alrededor para que tampoco la vean y crean que todo está muy bien. Pero si alguna vez existió tal magia en sus “otros datos”, hoy su efecto ha pasado, y haber proyectado con ellos el PE acelerará la crisis fiscal y es altamente probable que estalle incluso antes de las siguientes elecciones.

 

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