Muerte digna

Discapacitados exigen en OEA no ser descartados

Las más de 100 millones de personas que tienen alguna discapacidad en el continente Americano tuvieron voz en la 47 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la persona de Andrea Flores Ruiz, vocera de la Coalición de Personas con Discapacidad, pidió se garantice el respeto a los derechos humanos de este importante sector de la sociedad, desde el momento mismo de su concepción hasta la muerte natural.



Durante su participación en el “Diálogo con organizaciones de la sociedad civil”, Flores Ruiz defendió de manera contundente a las personas con discapacidad, y aseguró que el niño concebido con defectos fetales no necesita que lo aborten, sino que lo ayuden.

Añadió que quienes padecen alguna discapacidad requieren ser atendidos bajo “un enfoque de inversión y no de gasto social, debemos ser vistos como persona con capacidad de dar, de producir, de ser útiles para servir a nuestro país, y no ser marginados o restringidos a programas asistencialistas que impiden el desarrollo”, por lo que demandó de los Estados miembros de la OEA mayor y más eficaz participación de sus presupuestos para la prevención de la discapacidad, así como para la atención médica oportuna y adecuada para este sector.

Andrea Flores tiene parálisis cerebral espástica a causa de una negligencia médica en el parto. Se graduó con honores como ingeniero en sistemas computacionales, becada por la Universidad del Valle de México, y después cursó una maestría en Ciencias de la Familia en la Universidad Anáhuac.

De manera rotunda condenó el aborto por eugenesia, toda vez que aseguró ha ocasionado un genocidio, particularmente de los niños que sufren del síndrome de Down, ante lo que pidió a los países pertenecientes a la OEA “el respeto por nuestro derecho a la vida, de modo que se desaliente cualquier iniciativa a favor de la eutanasia, incluyendo la alegada muerte digna y el suicidio asistido”.

Flores Ruiz subrayó que es necesario ver a las persona con discapacidad como personas con potencial de producir y de dar, para sí misma, para sus familias, y para la sociedad, por lo cual algunas de las propuestas para incorporar en las políticas internacionales deben enfocarse en la igualdad y la no discriminación, toda vez que la mujer es doblemente discriminada, por ser mujer y por tener una discapacidad y; en el respeto y la sensibilización.

Asimismo, Demandó de los Estados miembros mayor y más eficaz participación de sus presupuestos para la prevención de la discapacidad, así como para la atención médica oportuna y adecuada para este sector. Además de “brindar auxilio de movilidad a quienes tengan bajos ingresos y se encuentren en situación de aislamiento regional para que puedan acceder a los programas de rehabilitación y hospitalización que requieren”.

Con información de Actuall y Con Participación

@yoinfluyo

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